Os copio aquí un minicuento, un microrelato de la autora extremeña Beatríz Osés.
Aquella tarde, en la final de saltos de trampolín, Klaus Mayer creyó haber llegado a la cima del ridículo cuando segundos antes de saltar se dio cuenta de que no llevaba bañador. Deseó entonces, con todas sus fuerzas, que se lo tragara la tierra. No obstante, tomó impulso y dio una primera vuelta en el aire.
Mientras comenzaba el segundo giro, el público se levantó de los asientos espantado al comprobar que el agua de la piscina había desaparecido. Se escucharon algunos gritos de pánico en el recinto olímpico, pero Klaus traspasó el suelo y desapareció succionado por alguna fuerza misteriosa.
La tierra vomitó a Klaus Mayer tres años después en un concurso de patinaje artístico. Por supuesto, iba sin bañador.
1 comentario:
Lo que pasa es que Klaus se dio un buen tortazo contra el suelo y se quedó en coma 3 años. Así, pues, la autora ha utilizado una metáfora. Un poco tétrico, ¿no?
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